Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2011

Fantasías

He oído decir a algunos expertos que las fantasías no deben cumplirse pues si se cumplen dejan de ser fantasías. No estoy de acuerdo. Eso sería como pensar que no se deben cumplir los deseos porque dejan de ser deseos. Yo he solucionado el problema: intento cumplir mis fantasías pero para no quedarme sin ellas, pienso otras nuevas. Así que tengo fantasías cumplidas y fantasías por cumplir. Eso es todo. Fantasías cumplidas tengo algunas que ya he ido escribiendo en este blog y otras que aún no he contado. En su momento fueron fantasías y ahora ya son experiencias. Y por supuesto, tengo fantasías por cumplir. Algunas son muy típicas. La de ¿con quién te gustaría follar? la tengo bastante trabajada. He tenido sexo con una chica, con un chico, con varios chicos, con otra pareja, en grupo… pero vamos, que aún me quedan cosas por probar. Por ejemplo, tengo muchas ganas de hacerlo con un chico de raza negra. Y aún no lo he conseguido. Pero las ganas no las tengo por el tópico ese que cir

Noche con la pelirroja

Esta mañana en el autobús he visto a una pelirroja, y me he acordado de A. Me ha venido a la cabeza la primera vez que fuimos a cenar a su casa. L. me había hablado mucho de ella, se conocían hace tiempo, yo sabía que a él le gustaba y tenía muchas ganas de verla, de pasar una velada agradable los tres. No quería crearme muchas expectativas pero sabía que podían pasar muchas cosas y sentía un cosquilleo en el estómago, incluso más abajo. Nos abrió la puerta sonriente, estaba muy guapa. Llevaba una blusa escotada, falda, medias… me pareció muy sexy, con curvas, muy mujer, y cuando L. nos presentó y se inclinó a besarme sentí su perfume, suave, acaramelado… y noté que estaba tan nerviosa como yo. Puso música, nos sentamos a tomar un vino en el sofá y empezamos a charlar, hasta que A. sugirió comenzar la cena. Fue muy agradable y divertida, y, quizás por efecto del vino y de la tensión sexual que flotaba en el ambiente, ya cayó alguna broma, alguna insinuación, comentarios con doble senti

Sesión de obediencia

Esta última semana ha sido un poco complicada: mucho trabajo, algunos problemillas familiares… por fin llegó el fin de semana y decidimos relajarnos. Salimos a tomar algo en familia, por la tarde. Yo tenía ganas de marcha, de la marcha que no había podido tener durante la semana… pero bueno, tenía que esperar a la noche, a estar en casa tranquilos y poder dedicarnos a nosotros, ¿o no? Quizás podía tener una especie de aperitivo, para preparar el terreno. Estábamos tomando una cerveza en un pub irlandés y entonces me llegó un mensaje al móvil. Lo cogí pensando “no será algo de trabajo, hoy no!” Y efectivamente, no lo era. Era un mensaje de mi pareja, que incluía una palabra clave, mmmm la que utilizamos como señal para indicar el inicio de un juego, un juego de sumisión. Cuando uno de los dos recibe esa palabra inmediatamente debe obedecer al otro en sus peticiones que, lógicamente, son de tipo sexual, mmmm… en el pub irlandés… ¿qué me va a pedir aquí? Y además, no estamos solos… El jue

Copita en casa, con los Juegos Reunidos

Habíamos hablado de salir esa noche pero tuvimos un contratiempo familiar y no fue posible, así que empezamos a buscar alternativas. Encendimos un rato el ordenador a ver si alguno de nuestros amigos estaba conectado y apareció P. Llevábamos ya tiempo chateando, habíamos tenido varias sesiones de cibersexo muy divertidas, tanto él y yo como los tres juntos… incluso habíamos quedado un día para conocernos en vivo. Nos tomamos unas cervezas, charlamos, nos caímos bien y se planteó la posibilidad de ir una noche a su casa, o él a la nuestra, pero no había llegado la ocasión, hasta ese momento. Le saludé, qué tal, todo bien, vosotros, también, ¿tienes planes para esta noche?   No tardó en responder   “no, ¿por qué? ¿alguna sugerencia?”, “Smiley, quizás, ¿te apetecería venir a tomar una copa?” Más rápido todavía “Claro, ¿dónde?”, “En nuestra casa” “dame la dirección, estoy allí en 20 minutos”. 19. Tardó 19 minutos en llamar al telefonillo. Le recibí con un picardías negro, tanga y botas neg

Viernes, segunda parte

Me había encantado, no podía disimularlo… pero aún tenía cuerpo para más. Acompañaba la música, la escasa luz, la mezcla de colonias a mi alrededor, la situación en general, el ser la única chica entre todos ellos y sentir cómo se excitaban por mí, me hacía sentir muy bien. Sabía que me deseaban, que sólo tenía que estirar un brazo y podía tener lo que quisiera y disfrutar una vez más, mmm qué sensación… Mi chico me cogió de la mano y nos dirigimos a una sala donde hay una gran cama. Por el camino pasé al aseo a refrescarme un poco y luego supe que alguien aprovechó ese momento para preguntar a mi chico si podía quedarse con nosotros. Cuando llegué a la cama mi pareja estaba ya tumbado, esperándome, acariciándose, me quité la toalla que había vuelto a enroscarme en la cintura y me tumbé a su lado. Empecé a besarle el pecho, los hombros, a recorrer todo su cuerpo con caricias y poco a poco fui bajando hasta donde él más quería. Me entretuve allí jugueteando con mi lengua, recorriendo su

Por fin, el viernes

A ver, yo tenía un tema pendiente. Sí, el viernes. Sólo de pensarlo ya me noto húmeda. Lo bueno que tienen algunas situaciones son sus efectos duraderos :-) El viernes pasado mi chico y yo libramos en el trabajo y decidimos aprovechar la ocasión para visitar un conocido local liberal de Madrid que abría por la mañana. Sin otra ropa interior más que mis medias de liga, me calcé las botas de tacón, la falda corta y la blusa abrochada sólo a medias y para allá nos fuimos. Cuando llegamos apenas había gente, aunque pronto llegó un chico, y luego otro. Tomamos una cerveza tranquilamente y mi chico me propuso un bañito en el jacuzzi, lo que rápidamente acepté. Mientras me desnudaba, uno de los tíos no me quitaba ojo. Tras el baño, pasamos un rato a la sauna y al salir, yo no sé si fue el calor, la cerveza… supongo que la situación en general, el caso es que me empecé a sentir muy cachonda y sugerí a mi chico probar la cama redonda. Me tumbó y empezó a comerme el coño, me encanta cómo lo hace