Copita en casa, con los Juegos Reunidos

Habíamos hablado de salir esa noche pero tuvimos un contratiempo familiar y no fue posible, así que empezamos a buscar alternativas. Encendimos un rato el ordenador a ver si alguno de nuestros amigos estaba conectado y apareció P. Llevábamos ya tiempo chateando, habíamos tenido varias sesiones de cibersexo muy divertidas, tanto él y yo como los tres juntos… incluso habíamos quedado un día para conocernos en vivo. Nos tomamos unas cervezas, charlamos, nos caímos bien y se planteó la posibilidad de ir una noche a su casa, o él a la nuestra, pero no había llegado la ocasión, hasta ese momento.
Le saludé, qué tal, todo bien, vosotros, también, ¿tienes planes para esta noche?  No tardó en responder  “no, ¿por qué? ¿alguna sugerencia?”, “Smiley, quizás, ¿te apetecería venir a tomar una copa?” Más rápido todavía “Claro, ¿dónde?”, “En nuestra casa” “dame la dirección, estoy allí en 20 minutos”. 19. Tardó 19 minutos en llamar al telefonillo. Le recibí con un picardías negro, tanga y botas negras. Creo que se empalmó antes de cruzar el recibidor.
Nos sentamos los tres en el salón, a charlar, a tomar la copa, escuchando música, tranquilos… bueno, no tanto, la excitación se palpaba en el ambiente. Él no me quitaba ojo y yo estaba deseando que se quitara la ropa… Mi chico salió un momento a la cocina a por más hielo y yo esperé a ver si P. tomaba la iniciativa pero lógicamente mantuvo la distancia, más de lo que a mi me hubiera gustado así que finalmente acerqué mi pierna a la suya y le pregunté si no tenía calor. Se rió, dijo que sí y que se iba a quitar el jersey. Muy educadamente me dijo que le encantaba mi atuendo, pero que seguro que sin él también le encantaba. Le mostré lo que había debajo y ví cómo su paquete crecía, mmmm. Me dijo que era una pena que yo llevase tan poca ropa, porque claro, no podía hacer lo mismo conmigo, preguntarme si no tenía calor para que me quitara algo. Yo me reí y muy sugerente le pedí “inténtalo”.  Me miró con cara de deseo y me pidió que me quitara el picardías, a lo que yo accedí muy gustosa. Cogí su mano, la puse en mi pecho y le noté excitarse más aún. Mi chico volvió y él, muy cortado, retiró la mano pero al ver que los dos nos reíamos y que mi chico me decía sonriente “nada, nada, tú no me esperes”, se relajó. Entonces le explicamos a L., mi chico,  cómo habíamos llegado a aquella situación y le pregunté si él no tenía calor. Entre risas se quitó la camisa y me besó.

Entonces sugirió jugar a los Juegos Reunidos y cuando P. empezaba a alucinar, L. sacó la caja… no eran los de Geyper sino unos más… eróticos. Eligió el de “amo, verdugo y esclavo” y para evitar situaciones que ninguno de ellos dos deseaban (debo decir que aquí no tuvieron a bien preguntarme por mis deseos para no verse en una situación comprometida ;-) ) en lugar de sortear al azar los papeles, a mi me tocó directamente el de esclava y ellos se repartieron a los chinos el de amo y el de verdugo. El juego está claro ¿verdad? El rey ordenaba lo que el verdugo debía hacerle a la esclava. Una única regla: disfrutar los tres. Y empezamos a jugar.
A L. le tocó ser el rey y pidió a P. que me diera un buen masaje. No estuvo mal, la verdad, pero P. estuvo muy recatado, a ver, cómo no en aquella situación y siendo la primera vez… fue la única ocasión en que P. se mostró tan “vergonzoso” conmigo, y le duró más bien poco porque a continuación el rey ordenó al verdugo recibir un masaje de su esclava y yo… lo hice lo mejor que supe. Primero me coloqué tras él y empecé a masajearle la espalda y el pecho desde atrás pero claro, fue inevitable plantarle las tetas en la espalda y cuando yo me movía le sentía estremecerse. Así empezó la velada. Las peticiones de los reyes, papel que se alternaban entre P. y L. fueron subiendo de tono. Tras los masajes vinieron las exploraciones, los besos, las caricias. Entre música, copas y juegos pronto lo que quedaba de ropa fue cayendo y nos encontramos los tres, desnudos, excitados y sudorosos en el sillón, sin que quedara centímetro alguno en nuestros cuerpos que no hubiera sido besado, acariciado, lamido. Yo estaba tan excitada que notaba mi piel tensa, caliente, ansiosa…
Cuando L. salió al baño me senté sobre P. y empecé a besarle. Notaba su polla debajo de mi, moverse, crecer, y con los ojos cerrados le susurré al oído que me moría porque me follara… tampoco en esto tuve que insistir y cuando L. volvió nos encontró a P. sentado en el sofá con su cara metida entre mis tetas, que amasaba con ganas, mientras su polla, ya dentro de mi, llegaba hasta lo más profundo de mi ser. Se acercó por detrás y empezó a acariciarme la espalda mientras se tocaba. Su miembro respondió rápidamente y entonces él se colocó junto a nosotros y me lo acercó a la boca. Lo tomé y empecé a succionarlo, ambos entraban y salían de mí y P. al mismo tiempo chupaba uno de mis pezones mientras sus manos me agarraban el culo y me movían arriba y abajo con fuerza. A cada empujón podía notar sus pollas, que en ese momento eran todas mías… Las manos de P. seguían sujetándome el culo, que cada vez se mostraba más disponible. L. me sacó el pene de la boca y se colocó de nuevo detrás de mi. P. seguía comiéndome las tetas y supo lo que iba a pasar, me cogió ambas manos y me las llevo arriba, por detrás de su cabeza, mientras L. apoyaba una pierna en el sofá y acercaba su polla a mi culo, que le esperaba ansioso. Me metió un dedo y yo creí enloquecer. P. me follaba ya a gran velocidad sin dejar de comerme las tetas y entonces L. empezó a darme por detrás. Tenía las dos pollas dentro de mi… notaba sus dos cuerpos y me recorrían escalofríos de placer… se movían, entraban y salían, por delante y por detrás, sin darme respiro, todo mi cuerpo temblaba, y ellos me acariciaban, me besaban, me poseían… finalmente P. me dijo que se iba a correr y mientras lo hacía dentro de mi, L. sacó su polla y me lo echó todo por el culo, al tiempo que yo también me corría, mmmmm, quedé llena de leche, por dentro y por fuera, tan, tan satisfecha… y entonces los tres nos tiramos en el sofá a reponernos. Mis chicos me arroparon, me abrazaron, me mimaron y aquella se convirtió en la primera de nuestras veladas juntos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

First Dogging

Verte con ella

Mi primer pub liberal