Entradas

Enterarte por la prensa

  En plena conversación sobre fantasías vas y me sueltas "pues me daría morbo enterarme por la prensa" ... pero con quién te crees que estás casado? Y a quién crees que me puedo tirar para aparecer en los medios? Supongo que mi cara refleja mi estupefacción porque te echas a reír y me explicas: "mujer, quien dice prensa dice otros medios de comunicación, como por ejemplo tu blog" "Aaaahhh acabáramos, quieres decir encontrarte con una aventura publicada que sea real y de la que tú no tuvieras noticia?" "Eso es" . Me quedo pensando. Eso va en contra de lo acordado. Salgo sola a veces, pero tú siempre lo sabes, si no con antelación al menos en el momento. Los detalles te llegan más tarde, cuando vuelvo a casa y me esperas todo verraco... pero para estar así tienes que saber qué estoy haciendo. Me rompe los esquemas esta petición tuya. Y no sé si seré capaz... me vas a pillar. Nunca miento, se me da fatal. Me lo vas a notar, seguro. Aunque haya ele

Alguien

Realmente no era una fantasía original mía. La leí en alguna web de algún local y me gustó. Me excitó imaginarme en esa situación, empecé a fantasear con la idea y un día se lo conté. Tampoco era nada del otro mundo, cosas mucho más complicadas hemos llevado a la realidad. Era tan simple como llevarme a un local, vendarme los ojos y pasearme desnuda por todo el local, dejando que quien quisiera se me acercara, me tocara, jugara conmigo, sin saber en ningún momento de quién se trataba.  El lugar elegido fue un sex shop fuera de nuestra ciudad. Uno con diversas estancias, cabinas, pequeñas salas de cine X y algún que otro añadido juguetón. Un lugar que ya conocíamos previamente y nos gusta, y  al que nos consta que suele acudir gente del ambiente liberal. Decidimos pasarnos por allí esa tarde, aprovechando nuestra estancia en un lugar cercano. L. sabía perfectamente a lo que íbamos, yo no. Por eso me descolocó totalmente cuando en medio de una de las salas me plantó el antifaz y me pidió

Negro oscuro

- Salimos mañana? - Venga, vale - Pero de oscuro? - Claro!! - De claro? O de oscuro? - Jeje... tú qué crees? ... ... - Bueno, por fin sábado noche. Entonces salimos no? - De Oscuro, claro. A qué local? - Este no me gusta - Este está muy soso últimamente... - Este... este puede estar muy divertido, tiene un cuarto oscuro muy juguetón... vamos! - Voy a vestirme... de negro, claro.  ... ... - Ostia, no se ve nada - Cuarto oscuro, de eso se trata - Claro, digo, oscuro.... o yo qué sé... oye, que me están tocando el culo! - Claro, a eso venimos al cuarto oscuro jeje - Estoooo... el que me está subiendo la falda eres tú? - No, yo estoy  subiendo una camiseta, creo que no es la tuya - Fijo que no... da igual,  mola... mmmm - Qué pasa? Qué te hacen? - Me tocan el culo, y el coño... uffff de hecho me están metiendo un dedo... no sé quién es... - Da igual, si te gusta, disfrútalo. Yo voy a comerle las tetas a su chica - Joder, L., me gusta mucho, no sé cómo lo hace pero me toca y... no pude ser,

Pero ¿tú no te ibas?

Te plantas delante de mí junto a las taquillas y te quedas mirándome las tetas, sonriendo, con esa cara de malote,  de canalla... me dices que nos andabas buscando, para despedirte, que ya te ibas. Te contesto que qué pronto, no? Y te plantó un beso en cada mejilla, de despedida.  Pero no te mueves. Pienso si esperas a L., que está en las otras taquillas, para despedirte de él. Entonces me preguntas si, antes de irte, te puedo enseñar las tetas, por los viejos tiempos. Que como ahora ya no quiero nada contigo... y vuelves a sonreír... o sí? En ese momento aparece L. Pregunta. Le contamos. Le pido conformidad o no con la mirada. Se ríe. Me subo la blusa y te las enseño, por los viejos tiempos y porque ya te ibas. Me miras con deseo, con más deseo. Y susurrando un... "puedo?" echas la mano a mi blusa y terminas de sacármela por la cabeza. Me piropeas, nos cuentas lo mucho que te flipan mis tetas. Las rozas, primero con un dedo, luego con todos, juegas con ellas mirándolas como

Juntos pero no revueltos

Entramos al spa juntos pero tras cambiarnos en el vestuario empezamos a movernos por separado, según lo planeado. Porque ese día el juego consistía en eso, en que yo actuara como cuando salgo sola, pero tú fueras espectador privilegiado, como si no nos conociéramos y tú fueras un chico más pasando la mañana en el local. Lo primero que hice fue dirigirme a la piscina y darme un baño. Además de que ese día, para variar, me apetecía, era un buen lugar para observar cómo estaba el ambiente y, tal vez, establecer algún primer contacto. Cuando me metí al agua había ya un hombre dentro, y en breve aparecieron dos más. El primero no me gustaba mucho, la verdad, pero uno de los que entró detrás de mí, que se sentó a mi izquierda, me resultó atractivo y decidí que podía estar bien follar con él. Al otro no le miré mucho y además se sentó un poco más alejado. Me relajé disfrutando de las burbujas del jacuzzi, y pronto aproveché el movimiento del agua para rozar suavemente con un pie

Tres pollas y una camilla

"Vamos a meternos con otro chico en una habitación, ¿te quieres unir a nosotros?" El hombre al cual acababa de susurrar esa pregunta agachada entre sus piernas me miró fijamente,  casi como si no entendiera lo que estaba pasando y tras esa breve pausa sonrió, se puso en pie con un "me encantaría, por supuesto, si os apetece, nada me gustaría más" . Le cogí de la mano y se dejó arrastrar dócilmente sin abandonar esa expresión de feliz incredulidad hasta la habitación del fondo.  L. ya esperaba dentro con el otro chico que habíamos elegido. Ambos nos habían parecido bien por su saber estar, su aproximación gradual a nosotros en la barra, sin agobios, sin resultar invasivos. Simplemente se nos quedaron mirando cuando L. comenzó a acariciarme, se acercaron un poco más cuando nuestras caricias y besos se hicieron más profundos, y más aún cuando L. se abrió la toalla, me acercó a su cuerpo con taburete incluido y comenzó a follarme despacio. Luego uno de ellos estiró el

Noche de Dogging

Íbamos por aquella carretera secundaria con las ventanillas abiertas. Total, hacía más bien calor y tampoco íbamos muy rápido. L. me miró sonriente y cuando le pregunté el motivo me contestó que porque el aire me estaba despeinando. Entonces fui yo quien se rió, "me gusto más despeinada" , contesté. Y él asintió volviendo a mirarme. En la radio del coche comenzó a sonar Dire Straits, ¡qué buen augurio! Todavía no sabía dónde me llevaba aunque algo me imaginaba. Ya sospeché sus intenciones cuando, antes de salir de casa, me dijo que me quitara las bragas, y por supuesto el sujetador. Me había puesto monísima, toda conjuntada, de encaje verde oscuro, pero bueno, tardé menos en quitármelo de lo que había tardado en elegir el modelito... y por supuesto en ponérmelo. Giró a la derecha, el camino se hizo más estrecho, y más oscuro, a diferencia de  Sultans of Swing, cada vez más alegre y luminoso. Él caso es que ahora ya sabía dónde íbamos, esa carretera se corta un poco más adelan