Viernes, segunda parte

Me había encantado, no podía disimularlo… pero aún tenía cuerpo para más. Acompañaba la música, la escasa luz, la mezcla de colonias a mi alrededor, la situación en general, el ser la única chica entre todos ellos y sentir cómo se excitaban por mí, me hacía sentir muy bien. Sabía que me deseaban, que sólo tenía que estirar un brazo y podía tener lo que quisiera y disfrutar una vez más, mmm qué sensación… Mi chico me cogió de la mano y nos dirigimos a una sala donde hay una gran cama. Por el camino pasé al aseo a refrescarme un poco y luego supe que alguien aprovechó ese momento para preguntar a mi chico si podía quedarse con nosotros. Cuando llegué a la cama mi pareja estaba ya tumbado, esperándome, acariciándose, me quité la toalla que había vuelto a enroscarme en la cintura y me tumbé a su lado. Empecé a besarle el pecho, los hombros, a recorrer todo su cuerpo con caricias y poco a poco fui bajando hasta donde él más quería. Me entretuve allí jugueteando con mi lengua, recorriendo su miembro a lo largo, dándole golpecitos en la punta y notando cómo reaccionaba. Crecía dentro de mi boca y se movía, mostrando así cómo le gustaba lo que yo le hacía. Entonces noté cómo alguien a quien yo aún no había visto se situaba entre mis piernas y empezaba a acariciarme con un dedo, suavemente, separando mis labios y jugando hasta hacerme estremecer. Pero no quería perder de vista mi objetivo en ese momento: hacer disfrutar a mi chico, así que seguí con mi tarea, aunque confieso que me coloqué un poco mejor para permitir el acceso de aquella mano misteriosa que estaba encontrando la manera de hacerme sentir bien, muy bien… Seguimos jugando en la misma posición un ratito y yo estaba de nuevo muy húmeda, me encantaba aquel juego. Mi chico estaba muy excitado, por lo que yo le hacía y por ver aquella mano entre mis piernas, que pronto fue sustituída por una cabeza. Uffff, una lengua me recorría e investigaba aquella zona de mi cuerpo haciéndome gemir de placer. Mis piernas se ponían tensas a cada lametazo y yo respondía metiéndome cada vez la polla de mi chico en la boca… al poco tiempo, él me dijo que tenía que ir un momento al baño y me pidió que me  mantuviera calentita… podía haberlo hecho yo sola pero ya que el destino me había puesto aquella cabeza entre las piernas y aquella lengua… mmmm… pensé que debía aprovecharlo. Y el otro chico debió pensar lo mismo porque con un hábil giro de repente me encontré haciendo un 69 con él. Mmmm, su lengua entraba y salía de mi, jugaba con mi clítoris haciendo círculos y llevándome a lo más alto. Mientras sus manos pasaban de mis piernas a mi culo, del culo a las tetas… volaban. Y yo también. Cuando levanté un poco la cabeza para sujetar mejor su pene, ví que teníamos público. Al menos 3 o 4 chicos nos observaban en silencio, tocándose…  Uno de ellos se acercó y me acarició un pecho… me puse a mil y debí poner tanta ilusión en la felación que de pronto noté cómo el chico que me daba placer desde debajo de mí salía de mi boca y se corría entre gemidos echándome toda su leche en el pecho… mmmm, qué rico me supo.
Cuando él se levantó, mi chico ya había vuelto aunque de todas formas no me hubiera quedado sola porque el que se había acercado a acariciarme el pecho se quedó a mi lado y bajó la mano hasta mi húmedo coñito… que aún buscaba guerra… Directamente, sin rodeos, me pidió follarme y accedí. Se puso un condón y se tumbó boca arriba. Yo me puse encima de él y me metí su polla, mmmm, hasta el fondo… era larga, suave y caliente… y empecé a moverme, primero despacio, luego más deprisa, más… él acariciaba mis pechos y también se movía… cada vez la notaba más, más larga, más dura, más caliente… más dentro, más mía. Y entonces sentí cómo mi chico se acercaba por detrás y me inclinaba un poco hacia delante para dejar disponible mi culito. El otro chico aprovechó mi acercamiento para empezar a besarme el cuello, el pecho, la cara, la boca. Agarraba mi cabeza y seguía moviéndose dentro de mi, al tiempo que un dedo primero y algo más grande después jugaban con mi culito buscando la forma de entrar en él. Creí que me moría de la excitación, que aumentó cuando ví el corro que teníamos alrededor, varios chicos disfrutaban de la escena, se acercaban con cuidado, sin interrumpir… se tocaban. Les oía respirar, jadear, alguno debió de correrse, yo estaba a punto de hacerlo, con esa polla moviéndose dentro de mi, la otra entrando en mi culo… la lengua que recorría mi cara, mi boca… ahhhhh, qué placer! Pero entonces mi chico se retiró y se sentó a mi lado, mientras el otro chico y yo alternábamos posiciones, él pasaba a ponerse encima de mí y seguía follándome, cuando más rápido se movía y yo estaba a punto de correrme, noté una polla al lado de mi boca y la agarré…. Uffff, ¡qué explosión dentro de mí! Sentí cómo el chico que me penetraba se corría y noté toda su leche, tan caliente, tan rica…  mmm… la otra polla se retiró y mi chico me puso a cuatro patas, se puso de pie junto al borde de la cama y empezó a follarme. Qué bien entraba en mi su miembro!!! Yo ya no estaba a mil, ni a dos mil… ya no sé a cuánto iba mi excitación, oía cómo su cuerpo y el mío chocaban a cada empujón y notaba su polla, larga, dura, poderosa, que me follaba como sólo él sabe hacerme.  Puso sus manos en mis hombros y siguió empujando, una vez y otra… sentí que estallaba, entonces me dio un azote en el culo y noté su polla aún más grande que empujaba otra vez, y otra y…. ahhhh, finalmente nos corrimos los dos… y caí destrozada tumbada sobre la cama y él sobre mi. Me besó, me acarició, me preguntó que qué tal y justo cuando le respondía que muy bien, pero que me había ganado una cervecita…me fijé en el que sería mi último compañero sexual de la mañana. Había estado acariciándome mientas mi chico me tenía a cuatro patas, había sentido su polla junto a mi cara, su mano en mis tetas, todo su cuerpo disfrutando de nuestro polvo, tranquilamente, esperando su turno… Se sentó a nuestro lado y me dijo que le había gustado mucho vernos, que vaya cuerpo tenía, que le encantaría disfrutar de él. Se lo agradecí pero le dije que estaba muy cansada. Él se rió y me dijo que lo entendía, que llevaba bastante rato viéndome y que en otra ocasión sería y se quedó allí a mi lado mirándome, acariciándome suavemente, sin intentar nada más… y debió de ser por esa falta de insistencia que mi cuerpo empezó a responder. Mis pezones se endurecieron y volví a notar esa sensación de hormigueo por todo el cuerpo, sentí como mi piel respondía a sus caricias y, ante la sorpresa de mi chico, empecé a devolverle las caricias, a besarle en el pecho, a notar como su pene también reaccionaba, crecía y se acercaba a mi, ansioso… le pregunté cómo le gustaría tomarme y sin dudarlo me dijo… a cuatro patas. Así que me incorporé, me arrodille delante de él dándole la espalda y dejé que me acariciara, que me pasara la polla por el cuerpo, hasta que supe que estábamos preparados y me incliné hacia delante, donde mi chico me esperaba. Y mientras le besaba, le lamía, le comía… volvieron a follarme y a hacerme disfrutar. El hombre estaba muy excitado, no me había mentido, y tras unos suaves movimientos su ritmo se aceleró, volví a notarme llena, húmeda, caliente y sentí cómo entraba y salía, con qué suavidad, con qué facilidad… mmmm, hasta que se corrió y entonces sí, que fui a tomarme esa cerveza!

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