Fantasías

He oído decir a algunos expertos que las fantasías no deben cumplirse pues si se cumplen dejan de ser fantasías. No estoy de acuerdo. Eso sería como pensar que no se deben cumplir los deseos porque dejan de ser deseos. Yo he solucionado el problema: intento cumplir mis fantasías pero para no quedarme sin ellas, pienso otras nuevas. Así que tengo fantasías cumplidas y fantasías por cumplir. Eso es todo.
Fantasías cumplidas tengo algunas que ya he ido escribiendo en este blog y otras que aún no he contado. En su momento fueron fantasías y ahora ya son experiencias. Y por supuesto, tengo fantasías por cumplir.
Algunas son muy típicas. La de ¿con quién te gustaría follar? la tengo bastante trabajada. He tenido sexo con una chica, con un chico, con varios chicos, con otra pareja, en grupo… pero vamos, que aún me quedan cosas por probar. Por ejemplo, tengo muchas ganas de hacerlo con un chico de raza negra. Y aún no lo he conseguido. Pero las ganas no las tengo por el tópico ese que circula por todas partes respecto al tamaño de su miembro. Soy una absoluta convencida de que el tamaño no es lo fundamental. A ver, supongo que en casos muy extremos sí puede ser importante, pero la experiencia me ha mostrado que una polla pequeña puede llevarme tan lejos como una más grande (o más). Es más, puestos a elegir entre la supergrande y la superpequeña, me quedo con la segunda. Las dos pueden darte el mismo juego pero la primera  puede llegar a hacerte daño si el cuerpo y el cerebro que la acompañan son poco sensibles. Bueno, que me voy de tema. Estábamos en lo de hacérmelo con un chico negro… lo que pienso yo es en esa piel morena, tersa, suave (imagino, claro, supongo que habrá de todo, como entre los blancos o los orientales, pero como es mi fantasía me lo imagino como yo quiero), en esos labios carnosos recorriendo mi cuerpo, ese pelo rizado y fuerte que acariciar mientras me besa, me acaricia, me lame y me posee… ufff, solo de pensarlo me pongo a mil. Así que nada, si algún chico de raza negra está leyendo esto y tiene la fantasía de montárselo con una chica blanca… que me escriba y hablamos, jejeje.
Luego la de ¿dónde te gustaría follar? Lo he hecho en un coche (aún no en un Simca 1000 y lo mismo ya no lo consigo, es una opción a considerar); al aire libre la verdad es que no me gustó demasiado, quizás tenga que repetir para ver si es que no me va o fueron las circunstancias concretas. También lo he hecho en el trabajo, aunque ahora que lo pienso, no en el trabajo de mi chico… eso tengo que planteárselo. No me va mucho el rollo “baños públicos” porque a mí me gusta disfrutar del sexo, no estar “al borde del ataque de nervios” más pendiente de si alguien tiene que entrar que de lo que estamos haciendo. Así en plan “peli porno” me encantaría hacerlo en un sitio público tras la hora de cierre… un museo, un centro comercial… saber que el vigilante puede estar viéndonos pero que no pasa nada porque está disfrutando con la escena y lo último que se le pasa por la cabeza es interrumpir. Supongo que no es posible pero, insisto, si algún vigilante quiere que lo hablemos…
¿Cuándo? Mmm… sin comentarios. Cualquier momento puede ser bueno, desde luego. Eso sí, sin prisas, sin interrupciones. Soy poco del “aquí te pillo, aquí te mato” porque no voy buscando que me la metan, se corran y se vayan. Me gusta sentir, disfrutar, jugar… y eso no suele ser compatible con las prisas. Así que el chico negro y el vigilante, que tomen buena nota.
Sigue el ¿cómo te gustaría follar? Creo que aquí, sinceramente, salvo acrobacias cirquenses lo he probado casi todo. Tengo pendiente el estado de ingravidez, e incluso los columpios (que es lo más parecido que se me ocurre). En un pub liberal al que me gusta mucho ir, tienen uno. Lo probé una vez solamente y casi me caigo. También en esto, tengo que repetir. No me puedo dar por vencida tras un solo intento y eso de estar suspendida en el aire mientras disfruto es algo que no tengo intenciones de perderme. Lo anoto en mi lista de “cosas pendientes para hacer antes de morirme”. Por lo demás, me gusta experimentar posturas, juguetes, comidas, lencería, aderezos… así que lo que se me pasa por la cabeza lo sugiero y lo probamos. Además mi chico tiene una gran imaginación, sobre todo en los aspectos sexuales… pero bueno, algo se me tiene que ocurrir… esta noche me pongo una película y ¡hala! A coger ideas. Lo que sí tengo claro es que, sea cual sea la situación, me gusta tener el control. Por ejemplo se me ocurre que sí que me gustaría el siguiente escenario: un día cualquiera a una hora cualquiera recibo en mi móvil un mensaje de alguien conocido diciéndome dónde y cuándo me espera con una sorpresa. Llegar al lugar a la hora convenida y nada más entrar notar olor a velas, o mejor aún a incienso… que él me bese apasionadamente y me ponga un antifaz o un pañuelo en los ojos, apague mi móvil asegurándome que está todo controlado y que puedo relajarme, y lentamente me lleve hasta una cama, o una alfombra, me quite la ropa despacio, besándome por todo el cuerpo, acariciándome, entreteniéndose en todos mis rincones. Y cuando ya esté completamente desnuda, tan solo con el antifaz, me tumbe. Notar entonces el roce de algo con mis muñecas, algo que las rodea y con un suave “click” se cierre a su alrededor impidiendo su movimiento… sentir que estoy en sus manos y que no puedo escapar… notar entonces el mismo roce en mis tobillos, el mismo “click” y saber que ahora sí, ahora puede hacer conmigo lo que quiera…  y notar cómo empieza a hacerlo… como dispone de mi cuerpo como si fuera suyo, como me va llevando poco a poco al placer… sentirle ahí junto a mi, encima de mi, alrededor de mi… y cuando ya me tenga muy excitada y totalmente a su disposición… sentir cómo además de sus manos aparecen otras, y otra boca, o tal vez dos… sentir como esa presencia desconocida también me tiene a su disposición, y me puede o me pueden utilizar. Y notar esas manos, esas bocas, deslizándose por todo mi cuerpo. Sin saber quienes son, si les conozco o no, si son hombres o mujeres… sé que esto lo adivinaré enseguida por su tacto, por su forma de tocarme, de besarme, de disfrutarme… dejarme llevar sólo por el placer del momento, por las sensaciones, vivir sólo a través de mi piel, de todo mi cuerpo expuesto, de mis pechos, de mi boca, de mi vagina… toda yo esperando lo que pueda recibir, lo que quieran darme. Comer y ser comida, poseída, follada, sin saber más, sin pensar, solo sentir, disfrutar, dejarme llevar… y cuando todo acabe, quizás, dejarme unos minutos más con el antifaz puesto, oir como mis compañeros de disfrute desaparecen y no saber quienes fueron, cómo eran, cómo llegaron y si les había visto antes alguna vez o les veré en el futuro. Quedarme solo con la sensación, con el placer que me produjo su compañía.

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