"Lo que surja..."

Sí, es cierto, últimamente escribo poco. Algunos me habéis preguntado por qué. Simple. Nada digno de relatar. Ante esa respuesta mía, varios, malinterpretando mis palabras, se han jactado de que eso era porque no habíamos quedado con la persona adecuada y han hecho otros comentarios a cual más ridículos ensalzando sus miembros y dejando patente su absoluta falta de conocimiento acerca de por qué una pareja como nosotros se mete a experimentar aventuras como las nuestras...

En fin, esto daría para una entrada completa y seguramente la escriba, pero otro día. Hoy simplemente lo comento como introducción porque, aunque incluso en el mundo swinger hay rutina, también se rompe. Y aunque se hayan hecho tantos tríos o intercambios que ya no parezcan dignos de relatar de repente un día el morbo cambia de cara, y aparece acompañado de algo diferente. Y si además eso ocurre por sorpresa, sin planearlo, sin citas ni búsquedas, sin apenas conversaciones previas sobre ello... la experiencia para una pareja de mente abierta y con ganas de probar cosas y disfrutarlas, como nosotros, se convierte en algo doblemente placentero. Nos pilló de sorpresa, este verano.

Mismo plan veraniego, misma ciudad. Estas vacaciones incluso más complicado aún eso de escaparse a solas. Tras varios intentos de quedar con gente, con resultados dispares y bastante tensión ante imprevistos, situaciones inesperadas, blablabla... ¡al carajo con todo! Nos largamos a la aventura, o no, a tomar una copa, o a follar, o a que nos de el aire, o al famoso "lo que surja".

Tan a la aventura vamos que decidimos investigar un local de la ciudad que lleva abierto pocos meses. Sorprendentemente, lo encontramos a la primera... raro, no es nuestro estilo :-)  Pero está visto que es el verano de los planes cambiantes, no nos gusta el aspecto que tiene y nos vamos. Hemos salido tarde y, entre unas cosas y otras, no hay mucho tiempo para pensar en alternativas, así que apostamos sobre seguro y aparecemos por un sitio del que guardamos buenos recuerdos del verano pasado.

Nos reciben con los brazos abiertos. Cuesta creer que tras casi un año nos recuerden, solo fuimos allí dos o tres veces, pero congeniamos bien con los dueños. Pronto nos sentimos como en casa. Copa, charla, cigarrito y excursión por el local.

Jugueteo en la mazmorra, bailecito en la pista oscura, roce agradable con un chico educado y respetuoso. Todo va saliendo bien, según lo no-planeado. Disfrutamos de la visión de varias parejas, juntas pero no revueltas, y poco a poco vamos calentando motores. Nos metemos en una habitación los dos solos, dejamos la puerta abierta a "lo que surja". L. me tumba y se agacha entre mis piernas. Pronto sus labios calientan mi sexo. Mmmm, ¡qué ganas tenía de una buena comida de coño! Me penetra con la lengua succionando con los labios, muerde cuidadosamente mi clítoris y su saliva se mezcla con mis fluidos empapándome. Le agarro por la cabeza y arqueo la espalda apretando con las nalgas en el colchón, mientras gimo sordamente. Él levanta un momento la mirada y sus ojos se encuentran con los míos justo antes de que, cogiendo mi culo con ambas manos, vuelva a sumergirse en mi coño como si fuera una suculenta raja de sandía.

Mis muslos se contraen, se me tensa el vientre y el orgasmo me llega. Rápido, corto, pero muy intenso. L. emerge de mis profundidades sonriente y me besa, sugiriendo salir a la barra. Al levantar la cabeza veo que en el pequeño sofá frente a la cama una pareja nos ha estado observando. Apenas me da tiempo a fijarme porque ya salimos. Ella es morena, con el pelo largo, y atractiva. Él alto, rubio, tampoco tiene mal aspecto. Pero no surgió.

Tras dar un trago a nuestras bebidas no nos hacen falta palabras. Los dos queremos más. Volvemos dentro, pero esta vez a la izquierda, a la pista oscura donde, tras los barrotes, se permite el acceso también a chicos solos. Pronto aparece uno, que se acerca despacio y espera una señal para unirse. En ese momento L. me tiene acorralada contra las rejas y me ha bajado la camiseta hasta la cintura, en la que ya estaba enroscada mi minifalda. Se entretiene chupándome las tetas aunque pronto comparte su juguete con el recién llegado que, tras suaves aproximaciones acariciando mis brazos, hombros y espalda - por ese orden - se deja acompañar hacia mi pecho guiado por mi propia mano.

Deslizo una mano hacia abajo y hacia atrás, recorro los barrotes junto a mi culo hasta llegar a mi destino: la abultada cremallera de los pantalones de nuestro acompañante. Me giro para estar más cómoda y, tras abrirle la bragueta, meto una mano en sus calzoncillos, donde una suave polla erecta me espera.

L. me arrima más aún contra las rejas, apretándome entre los dos cuerpos masculinos. El juego de caricias sigue y disfruto de las dos lenguas que consiguen erizar mi piel con sus lametones y jugueteos. Mis manos acarician ambas pollas, firmes y descapulladas. Me inclino hasta que la del chico desconocido queda a la altura de mi cara. La rozo con mi barbilla, después con la punta de la lengua. Él gime y se aparta unos centímetros. Entiendo que no quiere que se la chupe. Tal vez no le guste, no le apetezca, esté a punto de correrse... ni idea. Sea lo que sea, acepto su señal y, dado que no rechaza mis caricias, sigo masturbándole con la mano. Unos minutos después, L. me sugiere salir un rato. Así lo hacemos. Está visto que, aparte de un juego muy placentero, no surge nada más. En otra ocasión será.

Descansamos un ratito charlando con los del local y, visto lo visto, optamos por echar un polvo nosotros, a ver si eso surge... Entramos y, al pasar de nuevo junto a la pista oscura, L. se asoma. Tres siluetas al fondo llaman nuestra atención. Nos quedamos junto a la entrada hasta que nuestros ojos se hacen de nuevo a la penumbra, escuchando respiraciones sofocadas, choques de cuerpos desnudos y gemidos de placer. Se oye también el sonido típico de una felación. Mi sexo de nuevo se empapa y la polla de L. humedece mi mano. Pronto puedo adivinar sombras, y lo que intuyo me excita mucho. Una chica se come una polla mientras se la follan.

Nos acercamos un poco, no demasiado para no molestar. Y poco después, casi a la vez, se oyen gruñidos de dos o tres personas, los otros sonidos se acallan y la chica se levanta. Alguien se ha corrido, es evidente. El chico tras las rejas se va y la pareja se acerca a nosotros. Ella queda detrás de mí, siento cómo unas tetas duras y redondas me rozan la espalda, pero aún sin verla sé que son la pareja de antes, los que estuvieron viendo cómo L. me comía el coño. Su mano me acaricia un brazo suavemente. Otra mano, supongo que de él, toca mi cuello y sube hasta mi boca, dibujando con un dedo mis labios. Mediante una seña, hago saber a L. lo que está ocurriendo, y su respuesta me indica que a él también le apetece ese contacto.

Entonces ocurre algo extraño, hasta ese momento todo ha sido muy lento y suave, pero de pronto él me toma la mano y la dirige con urgencia hasta su polla, ya fuera del pantalón. No me da tiempo a reaccionar, siento el roce del miembro en mis dedos y su cuerpo se separa del mío. Veo su cara junto a mi con una curiosa expresión. Es imposible, ¿cómo puedo tocar su pene en ese ángulo? Y el de L. no es, está delante de mí...

Entonces... entonces lo entiendo todo de repente. Las prisas de él, su mirada expectante, las perfectas tetas de ella... en el mismo cuerpo que el pene que roza mi mano.

Nunca habíamos estado con un transexual. Hemos hablado de ello a menudo pero nunca había surgido. Ellos parecen esperar nuestra respuesta. L. propone ir a una cama. Por algún motivo supongo que él también sabe la peculiaridad que tiene esta pareja. Sé que le apetece tanto como a mí así que asiento y nos vamos los cuatro a un reservado. Solo más tarde, ya a solas, descubro que en ese momento L. no sabe que en ese encuentro son tres los penes que puedo disfrutar.

Llegamos a la habitación y las dos nos fundimos en un abrazo junto a la cama. Luego ella se arrodilla ante mí. Separa los labios de mi vagina con delicados dedos y acerca su nariz a mi clítoris, comenzando a lamerlo golosa. L. se inclina a morder mis pezones y el otro chico se tumba en el colchón y empieza a tocarse sin apartar su mirada de nosotros. Ella me inclina, animándome a sentarme en el borde de la cama, y L. me tumba.

La chica se toca mientras me chupa. Estoy cachonda como una perra, no tardo en correrme entre sus seductores labios. Me mira sonriente, se gira y apresa la polla de L. con su insaciable boca. Le veo disfrutar de la mamada, está muy excitado cuando me pide que me de la vuelta y me ponga a cuatro patas. Ella se pone un condón, aplasta las tetas en mi espalda, clavándome los pezones, y me penetra con su duro falo al tiempo que me muerde el cuello.

De reojo veo cómo L. le acaricia las tetas. Me da la sensación de que ella de nuevo le mama la polla pero no estoy segura. Ante mis ojos aparece la tercera polla, la del otro chico, y me siento tan pero tan cerda que me abalanzo sobre ella y me la meto hasta la garganta. Empiezo a chupar con ansia, ella me sigue follando duro, sus tetas me rozan con cada empujón. Extiende sus manos y me toma las tetas. Grito de gusto. No soy la única. Oigo a L. correrse entre gemidos y su semen me salpica en la cara.

Los duros pezones se clavan de nuevo en mi espalda, un gruñido sordo acompañado de un cálido aliento estalla en mi nuca y un fluido resbala caliente desde mi entrepierna por mis muslos.

Surgió. Al final surgió. Sin planes, sin citas, sin objetivos. Como suelen surgir las mejores cosas.

Comentarios

  1. Hola nina, soy alguien de cierto foro que va a crear también un blog :D
    Solo decirte que el relato es magnifico, una forma de narrar que seduce.

    Curiosidad, ¿en que ciudad era?

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    Respuestas
    1. Hola, encantada de tenerte ya por aquí ;-) y deseando leerte en ese nuevo blog que vas a crear.
      Gracias por tus palabras. Celebro que te haya gustado y espero que disfrutes de otros relatos también.
      La ciudad... dejémoslo en que se encuentra en la costa mediterránea... jeje. No me gusta dar datos en un lugar tan abierto como un blog, pero ya te concretaré algo más por privado en ese cierto foro ¿vale?
      Besoxxx

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