Ese oscuro objeto del deseo

Hala, pues ya tengo que cambiar una de mis primeras entradas en este blog, porque una de aquellas fantasías que en su momento tenía pendientes, se ha cumplido... Claro, que se podría repetir... o idear otras nuevas...

El pueblo donde pasamos las vacaciones está relativamente cerca de una ciudad grande, donde hay varios locales de ambiente. Dado que estamos permitiéndonos el lujo de salir casi todas las noches, estaba claro que acabaríamos visitando alguno de ellos. Incluso varios. Hablé con un amigo de Madrid, conocedor de la zona, y me recomendó sus favoritos. Esa noche acabamos en el primero de ellos.

Resultó ser un local grande y un poco frío, para nuestro gusto. Bastantes parejas pero cada una a lo suyo, sin apenas contacto entre ellas. Bueno, tal vez hoy toca así. Desde luego, el polvete entre nosotros no nos lo quita nadie.

Tras una visita probando todas las instalaciones (pasillo francés, jacuzzi, cuarto oscuro...) nos metemos en una sala no muy grande pero con varias camas, a distintas alturas. Puede dar mucho juego. En ese momento está vacía.

L. se tumba sobre su espalda y me pide que me ponga encima de él, con el coño en su boca. Obedezco y comienza a lamerlo juguetón. Apoyo las dos manos en la pared y empiezo a moverme muy despacio al tiempo que siento su lengua acariciar mis zonas más sensibles. Me gusta mucho, me excita mucho y el ritmo de mis movimientos aumenta. Arrodillada sobre su boca cabalgo cada vez a más velocidad, sujetándome a la pared para no aplastarle. Giro un poco la cabeza y veo su polla firme, que acaricia con una mano. Me excita más aún ver cómo se masturba. Con la otra mano juguetea con mi culo. Me gusta tanto que en el mismo momento en que uno de sus dedos me penetra por detrás... me corro entre gemidos en su boca.

Cuando mis sensaciones finalmente se calman un poco me tumbo un momento a su lado y le beso, saboreando en su lengua mi propia esencia. Ahora es mi turno. Quiero comerle toda la polla, está ahí esperándome, erecta, la deseo. Me incorporo y la recorro despacito con la punta de la lengua. No, en esta postura no. Me pongo delante de él a cuatro patas. Mucho mejor. Lo único que así todo mi sexo queda expuesto a cualquiera que se acerque. No importa, no hay nadie. Estamos solos, toda su apetecible polla a mi entera disposición.

Le beso la punta del capullo y sin separar de su miembro los labios abro la boca. Me deslizo hacia sus huevos, siento cómo la sangre recorre sus venas, late con fuerza, la fuerza del deseo. Vuelvo a la punta, de nuevo a la base, hago pequeños giros con mi cabeza, veo que le gusta y sigo, arriba, abajo, arriba, abajo, una y otra vez... mmm... deliciosa. Mis labios friccionan el miembro de L., cada vez más duro, más firme. Estoy disfrutando como una enana. Y él también. Lo sé.

Entonces ocurre algo. Una mano acaricia suavemente mi espalda, baja por mis nalgas y sube de nuevo. De reojo miro a L. No sé quién es el desconocido pero sé que todo está bien. Sigo chupando. La mano sigue acariciando. Sigo mamando. La mano alcanza mi empapado sexo. Sigo lamiendo. Un dedo me penetra con cuidado. Me estremezco pero sigo aferrando con los labios la polla de L., que sonríe, según alcanzo a ver a duras penas entre mi alborotado pelo.

Oigo un sonido familiar. Un preservativo acaba de ser abierto. Breves segundos después, una polla entra en mi vagina, despacio pero segura. Las manos del desconocido agarran mis caderas con fuerza. Sale casi por completo y ¡chass! un cachete estalla en mi nalga derecha. Mis músculos se contraen. L. me hace la seña convenida para saber si todo va bien. Respondo tranquilizándole. Ha sonado mucho más de lo que ha dolido. Justo como a mí me gusta. El desconocido, de nuevo sujetando mis caderas, se mueve despacio en mi interior. L. también, en mi boca. Vuelvo a girar la cabeza pero L. me lo impide. No quiere que le vea. Sólo he alcanzado a ver sus piernas. Está de pie sobre la cama de abajo, lo que le permite alcanzar con toda facilidad mi coño, pues sigo a cuatro patas sobre la cama de arriba. Siguen follándome en sincronía hasta que los dos se corren casi a la vez. El desconocido se va.

Entra una pareja. Se ponen a nuestro lado. Ella se tumba y él la acaricia. Estiro la mano, acaricio sus pezones, me lo permite. Pero cuando L. intenta entrar en el juego, se retira a un lado. Ok. Mensaje captado. Y nuestra respuesta silenciosa es "Entonces, no".

Salimos de la sala. Necesito beber algo, así que vamos a la barra. Bueno, finalmente no hemos follado solos. No es demasiado tarde. Quizás podamos jugar un poco más.

Entramos de nuevo a la zona interior. Y entonces le vemos. Rastas en el pelo, piel oscura, muy oscura, solo resalta en su cara el blanco de sus ojos. Tiene buen cuerpo, muy alto, musculoso. "Justo como en tu fantasía" me susurra L. Le vemos dirigirse al jacuzzi. Sí, definitivamente está solo. L. me pide ir a ver una de las salas pequeñas, que antes estaba ocupada y hacia allí nos dirigimos. Nada de especial, salvo una cruz de San Andrés, me encanta. "Jaja, lo sabías y por eso me has traído aquí" le digo. Con ojos traviesos, responde "No, mejor aún". Me quedo expectante, ¿qué estará tramando? Pronto me hace salir de dudas. "Ve a buscarle".

Tragándome toda mi vergüenza, porque yo, en el fondo, soy muy tímida, salgo. ¿Y qué le digo yo ahora? Voy pensando. Llego al jacuzzi. Me sonríe, con una perfecta sonrisa blanca que contrasta con su reluciente piel. Deseo tocarle, deseo besarle, me atrae poderosamente, mi piel se eriza y siento que mis pezones le señalan, me gusta, me atrae, me excita, le deseo.

En un alarde de originalidad yo también le sonrío y le digo "¿Vienes?". Claro que viene, él también me ha estado mirando desde el primer momento ¿Seré yo también una fantasía para él?. Me sigue por el pasillo. Del otro reservado pequeño sale en ese momento un chico. Parece que va a hablar con él, pero al verme retrocede y entra de nuevo a la cama donde una chica acaba de quedarse, me temo, con las ganas. Ah, lo siento, se viene conmigo.

L. nos espera ya algo inquieto y sonríe al vernos aparecer a los dos juntos... pero ¿es que acaso lo dudaba? Tachadme de lo que queráis... va a sonar fatal, vulgar, grosero, qué sé yo... pero ¡estoy deseando hacérmelo con un negro! Y podría llamarle moreno, hombre de color, africano... pero la realidad es que digo negro porque lo es, su piel es maravillosamente negra, sus negros músculos brillan tersos, su encantadora boca negra es la que ha empezado a comerse la mía mientras sus negras manos acarician mis blancas nalgas. Tocar ese firme pecho negro lleva mi excitación hasta cotas insospechadas. Y un poco más abajo siento, dura como la piedra, esa negra polla que va a follarme. Esta negra noche.

Nos besamos. L. se mantiene algo apartado. Le hago una seña pero no se acerca. Solo su mano me acaricia y entiendo que prefiere disfrutar de la escena como espectador. Porque esta no es solo mi fantasía, sino la de ambos. ¡La de veces que hemos fantaseado con esta situación!

Su boca pasa de la mía a mi cuello y baja a mi pecho. Acaricio sus rastas y la oscura piel de su rostro. Es tan fascinante el contraste de esos labios tan oscuros con la palidez de mis pechos... tanta playa nudista, tanto moreno sin marcas y me veo tan blanca a su lado :-) Ahora soy yo la que recorro con la lengua su fuerte pecho. Llego a su pelvis y beso su miembro, acaricio sus huevos y finalmente introduzco su erecta polla en mi boca. Empiezo a comérsela. A mi lado, L. se masturba.

De pronto me la saca de la boca, se pone un condón y se tumba conmigo en la cama, de lado. Alza mi pierna y sin dejar de besarme juega con sus dedos en mi sexo. Está claro, no necesito más lubricación. Sus dedos dejan paso a su polla y empieza a follarme, sin prisas. Cada tres o cuatro empujones me la saca y juega de nuevo con los dedos, pero ya no en mi coño, sino en mi culo. Luego me la vuelve a meter mientras se chupa los dedos.

Y en cada ocasión mi culo le recibe más dispuesto, y él entra un poco más, primero la punta del dedo, me folla, el dedo entero, me vuelve a follar, un dedo y lo mueve, me folla otra vez, ups, espera, eso deben ser... ¿dos dedos? Siiiiii, creo que si... y me sigue follando... y ahora... Uauuuuu, es la punta de su polla, en mi culo... No creo que pueda. Él debe pensar lo mismo porque se incorpora ¿dónde va? ¿no pensará dejarme así, no? Ah, no. Me ayuda a incorporarme y se pone detrás de mí, con una considerable erección. ¿que vas a hacer qué? Me inclina hacia delante y apoyo las manos en la camilla, justo al lado de L., con otra considerable erección. Me temo que no tengo escapatoria. Me rindo.

Situado detrás de mí, presiona su polla contra mi culo. Luego se queda quieto. Desde donde está L. no puede ver exactamente lo que está pasando, pero por mis gemidos sabe cuánto me gusta. Me la mete un poco más. Grito, mezcla de dolor y placer. Se queda quieto de nuevo y deja que sea yo quien, una vez pasado el primer momento, me acomode. Creo que puedo echarme un poquito atrás y metérmela un poco más… mmm… sí. Él sigue quieto, soy yo la que marco el ritmo, y con mis movimientos voy introduciéndome su miembro… poco a poco…

Cuando me quiero dar cuenta, la tengo toda dentro, y empieza a moverse, despacio, sujetando mis nalgas con las manos. En ese momento, L., sentado justo delante de mí me pregunta en un susurro que por dónde me está follando… cuando le contesto lo que él ya intuye veo su cara de placer, oigo su gemido y siento… inevitablemente, su corrida junto a mi cara… casi en mi boca, que unos segundos después apresa su húmeda polla.

El chico sigue follándome por detrás, ahora más rápido, mientras acaricia mi espalda y me susurra en una mezcla de inglés y español. Ya no gimo, ahora grito. Las manos de L. recorren todo mi cuerpo, acariciando mi coño, vacío, entrando en él, masturbándome. Su boca mama mis pechos y me provoca escalofríos. Sé que ya no puedo pararlo. Voy a correrme. Con toda la intensidad que me da esta escena tan excitante con la que tanto habíamos fantaseado. Y el orgasmo me llega. Fuerte, intenso. Me sacude. Él me abraza, saca su miembro de mí y me gira.

Me siento, le quito el condón y comienzo a masturbarle. L. se sienta detrás de mi y me acaricia la espalda, luego las tetas, esas mismas tetas donde quiero que el chico se corra… No hace falta mucho, mientras se la sacudo con una mano llevo la otra a su firme culo, ¡tiene una piel tan suave y tersa! Y en pocos minutos, esa polla tan negra y reluciente escupe sobre mi blanco pecho todo su contenido y de nuevo mis pezones se erizan ante semejante tacto y semejante visión. Mmmm, fantasía cumplida…

Se abre la puerta, nos avisan de que van a cerrar el local. Nos entra la risa a los tres, bueno, al menos nos han dejado acabar en condiciones… aunque me hubiera gustado alguna cosilla más… voy a tener que repetir otro día…

Comentarios

  1. Mmmmmmm.....Y pensar que .... alguna vez podriamos veranear cerca, jejeje .....
    Un relato excitante, como todos los tuyos, despues de esta experiencia no abras pensado en irte a vivir a africa? ....que tu eres capaz, jejeje.
    Un besito muy fuerte de tu amigo Trueno.

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  2. No, no, no... irme a África no; lo que sí he pensado es en repetir jejeje. Y nada, ya hablaremos antes de próximas vacaciones, por si acaso. Besos, gracias por leer y por comentar.

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  3. Cada relato tuyo es garantía de un buen calentón :-b Muchas gracias :D

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    1. Nooo, muchas gracias a vosotros por leerme :-) Y aunque creo que no necesitáis ningún tipo de ayuda externa para vuestros calentones... me alegro de estar presente en ellos, aunque sea virtualmente :-D
      Besos gordos, parejita

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  4. Buenisimo relato como todos los tuyos cielo, ummmmmmmmmmm como me ponen, eres increible, me encanta que disfrutarais y lo pasarais super, pero oye, que mi mujer dice que mujer que prueba hombre negro no quiere volver a probar blanco, espero que no sea asi, ni como te ha dicho Unhnown te vayas a Africa te necesitamos aca. Besitos cielo.

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    1. ¡Gracias, charros! Y en esta ocasión, lamento discrepar de tu chica... en mi caso va a ser que "mujer que prueba hombre negro quiere volver a probar con negro, con blanco y con..." en fin, que cada experiencia es única y a mi me queda cuerda para rato, en África o acá :-)
      Besos a los dos Muackssss!!!

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  5. Realmente nos ha encatado todo tu relato, la lastima es no haber estado alli y haber participado con vosotros de esta magnifica experiencia, pero nunca es tarde no? Un besazo

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    1. ¡Muchas gracias, parejita! Me alegra que os haya gustado y... claro que nunca es tarde. Yo pienso seguir disfrutando de nuestra vida sexual y, nunca se sabe, tal vez nuestros caminos se crucen ¿verdad?
      Gracias por pasaros por el blog y comentarl. Muackssss!!!

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