Tímidamente (II)… los dos a la vez

Tras descansar unos minutos, G. se tumbó boca arriba y yo me senté sobre él. L. se sentó a nuestro lado y, tras pasarnos un condón, que como debe ser, había traído G., empezó a acariciarse. Sentada a horcajadas sobre G. le sujeté la polla y, en cuanto tuvo puesta la protección, me la metí de un tirón… mmm… comenzó a moverse rápidamente, bombeando, clavándomela, mientras me comía las tetas… a mi lado, L. me besaba, me acariciaba el culo… Se puso de pie y estiró el brazo hasta mi culo, metiéndome un dedito. Al hacerlo, su polla quedó junto a mi boca, así que empecé a comérsela sin dejar de moverme sobre G.

Entonces decidimos cambiar de postura y me subí a gatas sobre el sofá, G. se situó detrás y me la metió de nuevo, hasta el fondo, mmmm… ¡qué placer! Ahora L. estaba delante de mi, tumbado… Entonces notó un cambio y me preguntó qué pasaba porque el ritmo había cambiado… ahora G. se movía mucho más despacio, como con más cuidado. Cuando le expliqué a L. el por qué… se corrió… No pudo aguantar el oírme susurrar que G. ahora estaba follándome, despacito, el culito…

Mientras L. iba a limpiarse un poco, volvimos a cambiar de postura y esta vez yo me tumbé boca arriba con G. encima y así siguió follándome… aunque por poco rato porque tras unas cortas y fuertes embestidas, me la sacó y, incorporándome, acabé lo que había dejado antes a medias, se la seguí comiendo hasta que, a punto de correrse, la sacó y derramó sobre mis tetas toda su leche, mmm...

Descansamos un rato, creo que los tres sabíamos que habría más y necesitábamos coger fuerzas. Sentados en el sofá, desnudos, charlamos y apuramos nuestras copas. Cuando L. fue al baño, fue como una señal, me tumbé sobre G. y le besé. Respondió apasionadamente, y no sólo su boca. En pocos segundos tenía una buena erección y yo, decidida a mantenerla, de nuevo me puse a acariciarle y a comerle la boca. Y en esas estábamos cuando L. regresó del aseo. Sin embargo de momento no se nos unió, se quedó observando, disfrutando la escena.

No me preguntéis cómo pero de repente me encontré del revés, tumbada sobre G. pero haciendo un sesenta y nueve. Mi lengua jugaba con su polla y la suya con mi clítoris, sus manos agarraban mi culo, lo exploraban, su dedo investigaba mi agujerito como viendo las posibilidades, comprobando que lo que antes había iniciado podía ser continuado… L. se unió a esta exploración y su mano recorrió mi culo, acompañando los movimientos de mi cuerpo, las sacudidas de mi cabeza sobre el miembro de G. Luego se puso de pie y acercó su polla a la de G. con lo que yo podía comerme las dos casi a la vez. Y G. seguía comiéndome el coño.

Era el turno de L. Me atrajo hacia él y se tumbó. Ahora era G. el que nos observaba mientras se masturbaba. Sentada sobre L. con su polla clavada en mi, sentí a G. que se acercaba y, de rodillas detrás de mí, pasaba sus manos por mi cintura y las subía hasta mis tetas. Me arqueé hacia atrás para sentirles mejor a los dos y luego volví a echarme hacia delante para facilitar los movimientos de L. A mi lado, G. seguía masturbándose. Retiré sus manos y continué cascándosela pero con la boca, al compás de las embestidas de L. Las dos pollas entraban y salían de mi a la vez produciéndome un enorme placer.

Entonces L. me tomó  por los hombros y me tumbó sobre él, con lo que mi culo quedó totalmente expuesto. Agarrando mis nalgas con las manos, empezó a separarlas, mostrándole mi agujerito a G., que seguía manteniéndose caliente, detrás de mi. Le sentí acercarse, notaba sus piernas cada vez más cerca de las nuestras, L. se acomodó para hacerle hueco y entonces sentí su polla rozar mi culo, su mano cogió suavemente mi hombro mientras su pene apretaba mi culo, se acercaba a la entrada y presionaba, primero ligeramente, luego con más fuerza, abriéndose camino. Y empezaba a moverse. Despacio. Acompasando el ritmo con la polla de L. que también me follaba…

De nuevo tenía las dos pollas entrando y saliendo en mi, pero esta vez en mi coño y en mi culo, a la vez, uno encima de mi y el otro debajo, mientras sus manos me sujetaban, me acariciaban, me cuidaban… Mis piernas abiertas les recibían por delante y por detrás. Con cada empujón de uno de ellos, el otro también me penetraba… sus bocas me besaban al mismo tiempo la boca y la nuca, los tres en tan poco espacio… Sujetándome las caderas con las manos, G. me la sacó y la volvió a meter, ahora con más facilidad. Y los dos se empezaron a mover algo más deprisa, haciéndome gemir, llevándome al máximo placer, estremeciéndome  con esa doble penetración.

Definitivamente, se había atrevido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

First Dogging

Verte con ella

Mi primer pub liberal