Uno rapidito

El otro día fue genial. Me sentí tan excitada... Sábado por la mañana, solo disponíamos de una hora para nosotros solos en casa antes de volver al mundo real de las rutinas domésticas y familiares. Pero una hora puede dar mucho de sí cuando se sabe aprovechar. Eso me dijiste en el ascensor, sonriendo abiertamente tras consultar tu reloj.

Nada más entrar me quité los zapatos como siempre hago. Bueno no, esta vez lo hice un poco diferente pues me encargué de que, al agacharme, mi tanga asomase por encima de la cintura de mi falda. Me había puesto uno que te gusta especialmente, uno que me regalaste tú, el rojo pequeñito, el que es casi un hilito... y al mirarte a los ojos me quedó claro que efectivamente lo habías visto.

Sin decir una palabra me cogiste de la mano y me atrajiste hacia tu cuerpo, besándome en la boca, al tiempo que me conducías al comedor. Con los ojos cerrados para disfrutar mejor del placer de tu lengua, me dejé llevar, andando hacia atrás hasta que mi culo chocó suavemente con la mesa.

Con tus labios aún jugando con los míos, sentí tus manos bajando por mi cuello hasta el primer botón de mi blusa, que se dejó desabrochar sin oponer resistencia. Una mano entró por mi escote y se coló bajo mi sujetador, acariciando mi teta mientras tu lengua exploraba ahora mi oreja y la otra mano desabrochaba el segundo botón. Y el tercero. Y el cuarto. Me abriste la blusa y la deslizaste hacia atrás por mis hombros. Cayó sobre la mesa.

Con un hábil movimiento de tus dedos me quitaste el sujetador y lo pusiste con la blusa. Ya tenías vía libre y con tus dos manos me cogiste por los pechos y acercaste a ellos tu boca. Primero me chupaste uno, con delicadeza, luego el otro, tu lengua fue pasando de uno a otro pezón haciéndome estremecer. Te cogí la cabeza y enredé mis dedos entre tu pelo, acompañando sus movimientos. Tus manos bajaron por mi cuerpo hasta el borde de mi falda e iniciaron el camino inverso, hacia arriba, con la faldita aprisionada por tus dedos.

Entonces, alzándome por las caderas me sentaste sobre la mesa, al borde, con la falda por encima de mis medias de liga. Un trocito de mis muslos quedó al aire, abrazando tu cuerpo.

Ahora fui yo quien bajé las manos a la cremallera de tu pantalón y la abrí. Mordisqueando tu cuello dejé caer tu pantalón y tu calzoncillo. Tu polla surgió, firme y potente, lista para penetrarme. Tomándome ambas nalgas me acercaste más aún al borde de la mesa y suavemente, con un solo dedo, echaste mi tanga a un lado. Acariciaste mi clítoris sonriendo al notarlo ya tan húmedo. Jugaste con él unos segundos tan solo y luego te llevaste el dedo a la boca, en un gesto de lujuria. Abrí un poco más las piernas y apoyé las manos en la mesa, detrás de mi cuerpo. Sólo tuviste que moverte un poco y tu polla se abrió camino sin dificultad. Mmmm, la primera embestida fue lenta pero profunda, te sentí todo dentro de mi. Tu boca de nuevo buscó mis tetas, tus manos fueron a mis nalgas, sacaste tu erecto pene y volviste a entrar.

Con la cabeza hacia atrás me estremecí, gemí, enganché mis piernas en torno a la tuyas para evitar que te fueras muy lejos pero volviste a sacar tu miembro. Y de nuevo me penetraste con fuerza. Comenzaste a moverte dentro de mi, ya no sabía si seguía apoyada en la mesa o me sujetabas a pulso. Sólo sentía el movimiento de tu polla, el suave pero constante ritmo de tus caderas. Cuando aumentaste un poco la velocidad sentí que me invadía una ola de calor, de placer, de sensaciones. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo y gimiendo te pedí que me dieras más, que no pararas, que me follaras, así, más… Entonces llegó el orgasmo, casi a la vez para los dos. Mi cuerpo se estremeció, se arqueó, se contrajo de nuevo y al hacerlo mi vagina presionó tu polla y tú también gemiste, te estremeciste y sentí cómo eyaculabas dentro de mi, mmm.

Te abracé con fuerza, tú a mí también. Nos miramos, sonreímos y como si nos hubiéramos puesto de acuerdo y quisiéramos comprobar si teníamos tiempo para más, los dos miramos a la vez el reloj.

Comentarios

  1. Im-pre-sio-nan-te............. me ha puesto muuuy malito....

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  2. Mmmm... espero que ya te hayas recuperado ;-) Ahora que si no ha sido muy doloroso, igual quieres seguir leyendo... que me parece a mí que ese calentón no es fiebre... Besos húmedos.

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