En el cuartito pequeño

El mismo escenario: la barra del pub, miércoles por la mañana, L. y yo tomando unas cervezas, una vez más. Debe ser que nos gusta. A nuestro alrededor, más gente que en nuestras últimas visitas. Una pareja, varios chicos, algunas camareras que no conocemos, además de las habituales... la cosa pinta bien. Brindamos con las cervezas y una gota fría me cae en un pecho mmm, qué rica me sabe. Tan sólo llevo una toalla enroscada en la cintura. Hoy es día nudista y el desnudo integral es obligatorio en todo el local. La temperatura es agradable pero aún así el contraste de la cerveza sobre mi piel caliente me hace estremecer y provoca una reacción inmediata en mi pezón derecho. Me río. L. me besa.


Una de las camareras se pone a nuestro lado y charlamos con ella. Tiene un cuerpo muy bonito, la piel oscura, como los ojos, de mirada profunda y sensual. Me dice que le gusta mi tatuaje y me muestra los suyos. Comenta que lleva también varios piercings. Hablamos de sexo, ¡cómo no! de bondage, de sado... L. le cuenta que me da mucho morbo, pero el light, no el extremo, que a veces soy su sumisa... Me mira con interés y nos cuenta que una vez fue ama en una sesión allí mismo. Uff, que una mujer así te diga eso a esa distancia no es fácil de aguantar, al menos para mí. Y creo que se da cuenta porque me pregunta si me gustaría participar. Sin esperar mi respuesta me explica que últimamente no han celebrado este tipo de sesiones pero que en el futuro... ¡quién sabe! Entre risas le digo que sí, que cuenten conmigo. Y veo cómo a L. los ojos le hacen chiribitas. Nos pide disculpas, la reclaman otros clientes.


Nos quedamos solos y como de costumbre, vamos a dar una vuelta por el local. Está animado. Algunos chicos solos me miran con descaro al pasar, alguno me roza disimuladamente, como temiendo un rechazo que lógicamente puede ocurrir si un contacto me molesta. No es el caso, no de momento. Nos sentamos y un chico nos propone un masaje pero no aceptamos. Una pareja se nos acerca y nos sugiere quedar otro día pues ahora ya se van. Parecen agradables y aceptamos.


Tras un rato volvemos a la barra. De nuevo se acerca la camarera y nos sugiere conocer a alguien que nos propone jugar. La seguimos al cuartito pequeño y allí nos espera un chico. ¡Oh! ¿una encerrona? Pensé que había dicho que era una pareja... le pregunto dónde está la chica y me devuelve una sonrisa muy sexy... es ella. El chico tiene poca experiencia, nos cuenta, pero un cuerpo estupendo y un pene... mmm desde el primer momento deseo que me folle pero ya sé, me lo tengo que ganar.


La chica se tumba, levanta y abre las piernas y él se arrodilla delante de su coño y comienza a comérselo. Ahora ya sé dónde tiene el tercer piercing. Me acerco a L. y le acaricio. Puedo sentir su excitación. Se coloca detrás de mí y me rodea con sus brazos, agarra mis tetas mientras me besa el cuello. Su polla se clava dura en mi culo, algo que me vuelve loca. La siento palpitar con toda su fuerza, me estremezco de gusto. Casi a ciegas alargo una mano hasta que toco una pierna femenina. La recorro suavemente, con la punta de los dedos, casi sin rozarla, sintiendo como esto a me excita y creo que a ella también, y llego a su vulva, húmeda y cálida. No quiero entorpecer el camino de la lengua que me encuentro así que me retiro y subo por su vientre suave y liso, hasta llegar a su pecho. No es muy grande pero sí apetitoso. Me inclino sobre ella y la beso, despacio, mi lengua juega con uno de sus pezones, mi mano pellizca dulcemente el otro. Al echarme hacia delante quedo totalmente expuesta, para satisfacción de L., que aprovecha para jugar con mi culito y mi vagina al mismo tiempo. Siento un dedito abrirse camino mientras que otra mano trepa por mi muslo, alcanza mi tripa, llega a mi pecho y acaricia mi pezón. Seguimos jugando en esta postura y la chica me pregunta si puede tocarme. ¡Por favor, lo estoy deseando!


Me acaricia y poco a poco ambas nos incorporamos aunque ella, girándose se tumba de nuevo pero esta vez de forma que L. pueda acceder a ella fácilmente. Al hacerlo su cabeza queda junto a mis muslos. Los coge y los separa, enterrando su cara en mi pubis y mordisquea tiernamente mis labios, mi húmedo clítoris. De nuevo un cuerpo masculino detrás de mí se me pega, se me frota, unas manos me acarician, una boca recorre a besos mi cuello. Levanto los brazos y cojo su cabeza, la hago bajar por mis hombros, mi espalda… sus manos pasan a mis pechos, los estrujan dulcemente… bajo mis brazos y los llevo hacia atrás hasta sus caderas, agarro con fuerza sus nalgas y le pego más aún a mí. Al hacerlo, siento con más fuerza aún la lengua de mujer que sigue jugando con mi clítoris. Delante de mis ojos, L. masturba a la chica con un dedo mientras que su mano derecha acaricia sus pechos. Mmmm, me encanta verle con otras mujeres, disfrutando y haciéndolas disfrutar. Me gustaría que siguiera, que la lamiera, que la hiciera suya, que la follara allí justo en ese momento, y verlo, participara o no… me excita tanto la idea de ver su polla penetrando otro sexo… pero creo que no va a ser posible… la misión de la chica ha terminado, supongo. Ha conseguido ponernos en contacto, excitarnos a los tres, llevarnos a un punto del que no vamos a querer escaparnos. Tiene que atender a otros clientes. Dice que vuelve en un ratito pero creo que me voy a quedar solita con los dos chicos. A ver qué se nos ocurre.


A M., el chico, se le ocurre que me tumbe y comienza justo donde lo dejó con la otra chica… suavemente empieza a lamerme el sexo, a recorrerlo con su lengua, a mordisquearlo, juega con mi clítoris como si fuera un caramelo… goloso… L. mientras se ha colocado junto a mi cabeza y empieza a darme un masaje en las tetas, ahora sí toca masaje… me encanta, poco a poco se pega más a mí, sólo con girar la cabeza un poco me encuentro con su polla al alcance de mi boca. Alargo la lengua, la rozo apenas. Responde orgullosa creciendo. Vuelvo a lamerla y se acerca más a mí. Siento su olor, me excita. La beso y la acaricio con mi lengua, con la punta de mi nariz… la rodeo con mis labios y los cierro aprisionándola, la siento crecer dentro de mi boca, lentamente muevo la cabeza, despacio, la dejo que entre y salga un poquito, luego más, hasta que vamos cogiendo ritmo, el mismo que la cabeza de M. tiene junto a mi coñito. Mmm, ¡qué delicia! Mantengo una mano cerca del pene de L., me gusta moverla cuando entra y sale en mi boca, la otra la bajo a la cabeza de M. y acompaño su movimiento de vaivén. Siento mi sexo, tan húmedo, tan caliente…


Creo que a L. también le gusta, no sé si lo que ve o lo que le hago, probablemente las dos cosas. Está muy excitado, su polla apenas cabe ya en mi boca. La muevo más rápido, al tiempo que succiono, me entra casi hasta la garganta. Entonces parece que ambos se ponen de acuerdo y decidimos cambiar de postura. M. sale un momento a buscar condones y mientras confirmo con L. que realmente está muy excitado, quiere ver cómo M. me folla, ya somos tres. Cuando M. vuelve me pide que me arrodille en la cama, se sube él también y se pone detrás de mí. Me inclina un poco hacia delante y su polla me penetra sin ningún esfuerzo, de tan lubricada como estoy. Un poco más adelante, el miembro de L. me espera y me agacho hasta volver a abarcarlo con toda mi boca. No hago nada, los empujones de M. hacen que mi cabeza le de a la polla de L. el ritmo que necesita. Me encanta esa postura, siento los huevos de los dos tíos, unos chocando con mi coño, los otros con mi boca. Gimo de placer, estoy muy excitada, noto una mano en mi teta, me pellizca, me acaricia. No sé de quién es, ni me importa. Solo la siento y la disfruto.


La puerta se abre, alguien se asoma pero está a mis espaldas, no sé quién es, pero M. y L. le invitan a unirse y me giran. Una pareja. Comienzan a acariciarse. Pronto nos unimos a ellos, la otra chica y yo quedamos en el centro mientras los chicos nos rodean. Manos que se entrecruzan, cuerpos sudorosos, una boca en mi cuello, otra respira cerca de mi oreja, bajo la cabeza hasta los pechos de la otra chica que me esperan erguidos. Los beso, los lamo, noto su excitación, sus pezones pequeños pero duros, una mano me ayuda a acceder mejor a ellos… otra me abre suavemente las piernas y busca mi coñito, lo encuentra y juega con él, tiernamente, un cuerpo sudoroso se pega a mi espalda. Delante de mí dos manos juegan con el coño de la chica, acarician todo su cuerpo, su cabeza se gira y besa a alguien. Entre el calor y la poca luz apenas distingo lo que ocurre pero sé que es genial… cinco personas disfrutando de cinco cuerpos. Los gemidos apenas dejan oir la música… alguien ayuda a la chica a tumbarse y le abre las piernas. Veo a M. meter la cabeza entre sus muslos y ella se arquea hacia atrás, levantando sus pechos hacia el techo… la beso, responde, juego con mi boca en su cuerpo mientras mi mano busca una polla a mi lado. Comienzo a masturbarle. Un dedito juega de nuevo en mi coño, con ritmo, hace círculos en mi clítoris, lo acaricia, lo pellizca, entra en mi húmedo sexo que lo recibe con ganas… luego se desplaza a mi culito y sigue allí con sus juegos. Lo siento mojado, empujando en mi agujerito, rodeándolo, se para… empuja un poco más… ¡ay! ese dolor placentero que tanto me excita… mientras la punta del dedo entra y sale en mi culito, otro dedo de la misma mano acaricia mi clítoris… me estremezco de placer, me tiemblan las piernas, sigo masturbando a L. y comiéndome esos pechos tan apetecibles… siento una gran excitación, se me erizan mis pocos pelitos… un escalofrío me recorre la espalda…


La puerta se abre de nuevo, alguien más quiere unirse pero ya no cabemos. Seguimos jugando todos, en esa orgía de placer. Siento una polla que se clava en mi pierna y se frota, mientras tantas manos me magrean… entonces un gemido se oye por encima de los demás y… algo caliente me resbala por la pierna, baja por mi muslo hacia mis corvas… unos labios besan mi espalda y alguien se retira. La puerta se abre por enésima vez, pero esta vez para salir. La pareja se va. Vuelvo a estar sola con M. y L. Tenemos que terminar lo que había empezado.


Me tumbo boca arriba. L. se queda de pie junto a mi cabeza al mismo tiempo que M. se sube a la cama y se arrodilla entre mis piernas. Y entonces, los dos me meten la polla, el uno en la boca, el otro en el coño, y comienzan a moverse, haciéndome estremecer. Las siento las dos dentro de mi, duras, fuertes… deseo que se corran, que me llenen, las noto entrar y salir con fuerza, gimo… estoy a punto de correrme y entonces L. saca su polla de mi boca y… mmmm… un chorro sale disparado, mmmm….  M. sigue follándome, se tumba sobre mí, abrazo su ancha espalda, ese pecho tan suave… los dos estamos sudando. Eso lo hace aún más excitante y sus embestidas me vuelven loca. Cuando está a punto de correrse sale de mi y se pone exactamente donde estaba L. que nos estaba viendo follar con una pícara sonrisa…  Y ve una de las cosas que más le gusta y le excita… como otro tío se corre y me lo echa todo a la cara, cómo me chorrea por las mejillas, la boca, el cuello… refrescándome un poco esa sensación de calor tan intensa en ese cuartito pequeño.

Comentarios

  1. buenas muy buen relato es muy excitante,espero seguir leyendote.besos

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  2. Yo espero seguir teniendo relatos que escribir y lectores excitados como tú. Un beso.

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