Sola en casa
Hoy comí en casa, para variar. Y también para variar, después de comer me sobró un ratito. Pensé ponerme a hacer algo, que siempre hay algo que hacer, pero estaba cansada y la verdad es que no me apetecía. Así que, aprovechando que estaba sola en casa, decidí tirarme en el sofá, tan ricamente. Y tal cual lo decidí, lo hice. Estaba yo con la modorra esa que entra después de comer y no sé qué me pondría a pensar, quizás en mi siguiente entrada para el blog... el caso es que empecé a notar como calorcillo. ¡Caray! pensé, ¡si no he hecho nada! Y justo entonces recordé cuando alguna vez L. me ha contado que ahí tirado en el sofá pensando en sus cosas se había empezado a poner cachondo y había terminado masturbándose. Cuando me lo cuenta suelo decirle que qué burro, que así sin más, que hay que ver los hombres... Pero el caso es que, aún sin saber de dónde me venía, me notaba excitada. Y estaba sola en casa. Busqué una postura más cómoda entre los cojines. Por una caricia o dos no iba a ...