Fantasía de hoy
Estoy sentada junto a la chimenea, ensimismada contemplando el fuego. Suena mi móvil. Nada importante pero me hace recordar algo. A ti. Yo tenía deberes. “Hazle lo que me harías a mí”, me habías pedido. Le miro. Está plácidamente tumbado en el sofá. Realmente voy a hacer mis deberes. No sólo porque sea muy obediente sino porque, además, me apetece… me muero de ganas. Le miro sonriente y empiezo a acariciarme por encima de la ropa. No tarda en darse cuenta y él también sonríe. Me levanto la camisa y le dejo entrever mis pechos. A ti también. Porque realmente lo que te haría a ti es, para empezar, sentarte también en el sofá. A su lado. Entonces me doy cuenta, ya estás aquí. Si no físicamente, sí tu presencia. Estás justo ahí, en el sofá. En ese rinconcito de mi fantasía donde ya te he permitido estar otras veces. Me dirijo al sofá y me arrodillo en el suelo, en la alfombra, entre vosotros dos. Os abro la bragueta del vaquero y meto mi mano, acariciando ese bulto bajo la ropa interior,...